19 de enero de 2012

Portada y descripción de «The Long Earth»

Como ya sabéis, The Long Earth, la novela de ciencia ficción que ha escrito Terry Pratchett junto a Stephen Baxter, saldrá el próximo 21 de junio. La editorial Transworld ha iniciado una campaña similar a la que llevó a cabo con Snuff, consistente en echar miguitas a los lectores cada mes hasta la fecha de salida del libro, de modo que dentro de un par de días tendremos la primera miguita. De todas formas, ya ha aparecido en Amazon.co.uk la portada que tendrá el libro, junto a su descripción:


Las posibilidades son infinitas (pero hay que tener cuidado con lo que se desea)...

1916: El frente occidental, en Francia. El soldado Percy Blakeney despierta. Está tumbado sobre la hierba fresca de primavera. Oye el canto de los pájaros y el viento entre las hojas de los árboles. ¿Dónde han ido el barro, la sangre y el terreno devastado de la tierra de nadie?

2015: Madison, Wisconsin. La agente de policía Monica Jansson regresa a la casa incendiada de un tal Willis Linsay, un científico ermitaño, loco según unos y peligroso según otros. El incendio fue provocado pero, como de costumbre, los bomberos han dejado el lugar peor que el propio fuego. Entre los cascotes de la casa no hay restos humanos, pero Monica encuentra en la repisa de la chimenea un curioso dispositivo: una caja que contiene cables, un interruptor de tres posiciones y... una patata. Es el prototipo de un invento que Linsay llamó «stepper». Un invento que subió a la red para ponerlo a disposición de todo el mundo, un invento que cambiaría sin remedio la forma en que la humanidad ve su planeta, la Tierra. Y decir eso es decir poquísimo...

… porque el stepper permitía a su usuario dar el paso lateral hacia otro Estados Unidos, otra Tierra, y si se daban más pasos, se llegaba a más y más Tierras. Esto es la Tierra Larga. Nuestro planeta es solo uno de una larga cadena de mundos paralelos, diferentes de sus vecinos solo en el menor de los detalles (o, en realidad, bastante distintos). Se trata de una cadena infinita, que ofrece a los steppers un terreno infinito de posibilidades infinitas. Y cuanto más allá se viaja, más raras –y a veces más peligrosas– se vuelven las Tierras. El sol y la luna brillan siempre; las leyes básicas de la física permanecen. Sin embargo, los acontecimientos fortuitos que han dado forma a nuestra Tierra particular, como el asteroide que acabó con los dinosaurios, podrían no haber tenido lugar, y todo podría ser más bien distinto.

Pero, hasta que Willis Linsay inventó su stepper, el único hábitat de la humanidad era nuestra Tierra... o eso pensábamos. Porque resulta que algunas personas son steppers naturales, que no necesitan el invento, y se ha iniciado la gran migración...

¿Hay ganas?
 

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