Cartas en el asunto: texto de solapa
Como sabéis, Cartas en el asunto, la trigésimo tercera novela del Mundodisco, estará en las librerías el día 8 de abril. Para ir abriendo boca, aquí está el texto de solapa de la novela.
La portada completa de la edición española, en breve.
Húmedo von Mustachen, artista de las estafas, los timos y las apuestas fraudulentas, debe elegir entre la muerte y la vida. O lo que es lo mismo, entre pensar unas famosas últimas palabras de camino a la horca, o aceptar la oferta de lord Vetinari de poner en pie y modernizar el moribundo servicio de correos de Ankh-Morpork.
Pasar de la honrada delincuencia a trabajar para el gobierno... hum, una decisión difícil.
Tendría que reabrir la destartalada Oficina de Correos, en la que se acumulan toneladas de cartas desde hace años. Cartas «muertas», cartas con historias, cartas que están pidiendo ser repartidas.
Tendría que desafiar el sol, la lluvia, la nieve, los perros, los trolls con palos, las enormes cosas verdes con dientes y tantos otros obstáculos en la ruta de un cartero.
Tendría que enfrentarse a su principal competencia: el equipo directivo de la compañía de torres de señales que ha monopolizado las comunicaciones del Mundodisco.
Y tampoco estaría nada mal conseguir una cita con la señorita Buencorazón...
Tal vez haga falta un timador nato, con don de gentes y mucho estilo, para triunfar donde otros más escrupulosos han fracasado. Puede que sea el momento de tomar... cartas en el asunto.
Con Cartas en el asunto, Terry Pratchett vuelve a superar un listón que él mismo pone cada vez más alto. Divertida e inteligente, esta nueva entrega de la serie del Mundodisco quedó finalista en los prestigiosos premios Nebula y Locus de 2005, y cuando se publicó originalmente fue el libro más vendido en tapa dura aquel año en Gran Bretaña.
La portada completa de la edición española, en breve.
Etiquetas: Castellano, PJ
8 Cartas al director:
Húmedo von Mustachen.
Mi primera reacción ha sido de sorpresa, pero pensando sobre el nombre original... yo digo SÍ.
Al principio, verlo escrito de cualquier manera que no sea Moist von Lipwig choca, ¿eh?
No tengo nada contra las traducciones, sobre todo oprque mi inglés es pésimo, pero, PORQUÉ ESSA JODIDA MANÍA DE TRADUCIR LOS NOMBRES???!!!!! Realmente me da dolor de estómago, además parte de la gracia está en que no suena mal hasta que lo analizas cuando el mismo Moist le pide a Adora que no se burle. Definitivamente, no me gusta.
Hombre, Moist significa Húmedo te pongas como te pongas, y un lector inglés lo pilla la primera vez que aparece el nombre. Lipwig es "peluca de bigote" también desde el principio. Cada uno tiene su opinión sobre traducir o no los nombres, pero sobre todo en este libro se habría perdido bastante dejándolos tal cual, creo.
Si no se traducen los nombres, como dice Manu, la gente se quedaría igual y no entendería "el chiste". Porque su nombre sí es para burlarse.
Pero con una nota del traductor a pie de página asunto arreglado, y no me negueis que Moist Von lipwig suena mucho más arístocrático que mostacho humedo, jajajaja.
A mi tampoco me suele gustar que se traduzcan los nombres originales, pero en estos casos, y más teniendo en cuenta que casi todos los nombres en la edición española de mundodisco están traducidos -"Jodido Estúpido" Johnson, Y voy a la ruina, Pequeño Trasero, Yaya Ceravieja...-, es conveniente mantener la linea. Además, ya estamos acostumbrados, y no estaría bien romper la "tradición" ;). Eso sí, creo que sería muy de agradecer que, al final de los libros, se añadiese un pequeño glosario poniendo los nombres originales, para ver la idea original de Pratchett en su idioma original :).
Pues yo estoy con Aurea, habría bastado con una nota del traductor. Sobre todo porque, al margen del significado más o menos divertido de los nombres, parte del juego está en los sonidos de las palabras y su resonancia un poco austríaca (überwaldiana, vaya) y "Húmedo" no suena ni remotamente alemán, por mucho que se intente restaurar el daño con el apellido forzadamente germanizado.
Y lo de la Señorita Buencorazón... Buf.
En fin, yo también sufro con las traducciones excesivas.
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