18 de junio de 2010

Terry Pratchett abre mundos paralelos en la ciencia ficción

(Lo que sigue es una traducción del original aparecido en The Guardian el 16 de junio de 2010: http://www.guardian.co.uk/books/2010/jun/16/terry-pratchett-science-fiction-book.)

El autor, más conocido por la saga Mundodisco de novelas fantásticas, recupera una idea que tuvo hace casi 25 años.

Puede que la fantasía le haya hecho rico, pero para su próximo proyecto, Terry Pratchett se aventura en el mundo de la ciencia ficción, volviendo a un concepto que soñó hace casi 25 años, esta vez en colaboración con el galardonado escritor británico de ciencia ficción Stephen Baxter.

Pratchett comenzó a trabajar en una novela sobre una cadena de mundos paralelos, la Tierra larga, en 1986, justo después de completar Ritos iguales, el tercer libro del Mundodisco, universo en el cual el mundo está soportado por cuatro elefantes, de pie sobre una tortuga gigante. «Me dije a mí mismo: [el Mundodisco] es fantasía, y quiero volver a mi primer amor, que es la ciencia ficción», comentó Pratchett a The Guardian. El autor había escrito con anterioridad dos novelas de ciencia ficción a finales de los 70 y principios de los 80, The Dark Side of the Sun y Strata.

Pero los libros del Mundodisco despegaron, y Pratchett decidió seguir el camino de la fantasía. «Ritos iguales tuvo mucho éxito, y casi sin darme cuenta, descubrí que disfrutaba escribiendo los libros del Mundodisco, y la Tierra larga se quedó en la recámara hasta desaparecer en el horizonte», dijo.

Hace poco, rebuscando en su archivo en busca de material para una recopilación, su agente, Colin Smythe, se tropezó con la novela inacabada y dos relatos cortos, y Pratchett comenzó a darse cuenta de que «las posibilidades eran increíbles».

«Se basa simplemente en la física cuántica, que dice que nuestra Tierra sólo es una entre un número incalculable de tierras, y cada una difiere de la anterior por un simple electrón. Como mucha ciencia ficción, o al menos la que me interesa a mí, éste es un escenario con el que te puedes divertir de lo lindo», declaró.

«Casi por accidente, se descubre una manera de pasar de un mundo a otro. Una teoría muy extendida sostiene que las guerras suelen obedecer a la escasez de tierra. Supongamos que tenemos otra tierra, casi igual a ésta, separada de nosotros por el grosor de un pensamiento, y hasta donde sabemos, inhabitada por el ser humano. Sería una fiebre del oro como nunca la hemos visto, sólo que con tierra. Allá que vamos, pero espera un momento, no hay teléfonos móviles... Tenemos algunos problemillas: el metal no puede pasar por el éter que conduce al otro mundo. Nos toca empezar de nuevo, lo que provoca una situación extraña. Las personas son un bien muy escaso, son el mayor recurso del que disponemos».

Pratchett ha colaborado con otros autores antes, como con Neil Gaiman en Buenos presagios, y le apetecía juntarse con un escritor de ciencia ficción para desarrollar la saga de la Tierra larga. Baxter, autor de Flood, Ark, y las series de El tapiz del tiempo y Destiny's Children, y ganador del premio de la British Science Fiction Association y el premio Philip K. Dick, parecía la elección ideal.

«Creo que Stephen Baxter es uno de nuestros mejores escritores de ciencia ficción, y el mejor escritor de ciencia ficción dura –afirmó–. Me gusta mucho su trabajo. Se siente como en casa con los miles de miles de millones... Lo bueno de trabajar con él es que casi siempre hay uno de los dos que puede resolver cualquier tipo de problema. Será divertido, como un antídoto para todos los otros chavales a los que dejan salir a jugar mientras tú estás ahí, tecleando solo. Sufro de claustrofobia permanente. Así tengo un espejo contra el que rebotar ideas, y al mismo tiempo tú eres su espejo. Además, él está acostumbrado a escribir ciencia ficción dura.»

Por el momento, el dúo está trabajando en otros libros (la próxima novela del Mundodisco se publica este otoño), pero están barajando ideas y fijando el esbozo de la saga. El primer libro de la saga lo publicará Doubleday en la primavera de 2012. «Hay llamadas telefónicas emocionadas, y es probable que lleguemos a las manos para ver quién se encarga de cada escena –dijo Pratchett, que está ansioso por llegar al momento en que los nativos americanos visitan una versión prístina de las Black Hills de Dakota–... y todo esto es muy bonito, pero ojalá tuviéramos teléfonos móviles operativos, que todo esto de la manta y el humito ya aburre.»

Al tratarse de una saga de Terry Pratchett, habrá humor, faltaría más, pero el autor insiste en que «no te puedes limitar a poner humor en un libro. Tiene que haber algo con lo que contraste, algo de alivio trágico –subrayó–. El humor debe proceder de la situación, no porque toca meter un chiste».

Ambos autores están decididos a sentarse y poner las reglas de su mundo por escrito antes de empezar. «Una vez tienes la ciencia y el transfondo, has de mantenerte fiel a ellos. Uno de los problemas del tipo de ficción a lo Doctor Who es que te lo puedes inventar todo según avanzas. Si lo haces bien, utilizas la arcilla para modelar que ya tienes –declaró Pratchett–. Sólo tienes una oportunidad de establecer las reglas de lo que es posible. He estado llamando a médicos y otros especialistas para preguntarles: "¿Esto funciona?" Tienes que encontrar algo que parece estar bien y que no rechine demasiado desde el punto de vista científico.»

En términos generales, «la norma en ciencia ficción es que sólo te permiten una cosa imposible. La nuestra es presuponer que podemos pasar al mundo de al lado, a todos los mundos de al lado. Y veamos qué hace la gente, frente a esto... Por supuesto, como somos escritores podemos jugar con lo que sabemos de la humanidad. Si le ponen un paraíso terrenal en bandeja, encontrará alguna forma de liarla parda.»
 

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